lunes, 1 de octubre de 2012

LOS GRABADOS RUPESTRES DE LOS AULAGARES


          El pasado fin de semana, se han desarrollado en Zalamea unas Jornadas sobre el Patrimonio, las cuales han estado dedicadas este año a Los Grabados Rupestres de Los Aulagares, con actividades de fotografías, conferencias y visitas al lugar donde se encuentran estas rocas.

 
         Los grabados rupestres se encuentran en la finca denominada de los Aulagares a escasamente 1 km de Zalamea; comprenden dos núcleos que ocupan a la vez dos pequeños cerros distanciados entre sí unos 200 metros, en los que afloran rocas de riolitas sobre las que fueron realizados los grabados hace más de 3.500 años (entre el 1.800 y el 1.500 a.C.).

 

          El primero de ellos es una roca de superficie plana, casi horizontal, sobre el que se ha realizado el grupo más numeroso. Se trata de 45 círculos de formas y dibujos variados, generalmente circunferencias concéntricas o radiadas de diferentes tamaños, algunas con puntos en sus diversas secciones. La figura principal llega a tener hasta 25 cm de diámetro.



         En el otro núcleo, los petroglifos se encuentran dispersos, debido posiblemente a derrumbamientos o movimientos de las rocas por causas naturales, pudiéndose distinguir dos agrupaciones que es probable que en su origen estuvieses juntas. En total son 13 figuras entre las cuales aparece una forma cruciforme que no se corresponde con la época del resto de los grabados, estando datada en época paleocristiana (siglo V d.C.).



         Las razones que impulsaron a los antepasados que habitaron esta zona a grabar unos extraños símbolos en las piedras permanecen en el terreno de las conjeturas y su significado sigue siendo un misterio. Pero la interpretación más común es que se trata de representaciones de carácter religioso, donde los pobladores realizarían determinados ritos relacionados con la interpretación del cielo, de los astros e incluso de la lluvia, por lo que los distintos círculos representarían cuerpos celestes (los tres astros de la prehistoria: el Sol, la luna y Venus) e incluso gotas de agua ya que la representación del agua en la bóveda del firmamento era sagrada para nuestros antepasados.

 
        Estaríamos pues ante un santuario en el que los habitantes de la zona se reunían en determinadas épocas del año para implorar la lluvia y para pedir protección y prosperidad para campos, animales y personas.

 

J.Carlos Domínguez

Fuentes:

Asociación Amigos de Patrimonio

Manuel Domínguez y Antonio Domínguez


 

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