Y ahora lo que toca es preparar el Carnaval….Y como anticipo para ir metiéndonos en harina, una reseña bibliográfica del libro de Juan Delgado López (Campofrío 1.933-2.010) “Cuentos del Viejo Capataz”, para acordarnos de aquellos carnavales antiguos, donde la miseria y la carencia de muchas cosas (entre otras de Libertad) se suplían con todo el ingenio del mundo. De ahí venimos…
“Todas las calles eran riadas humanas que aportaban calor, color y vocerío al carnaval minero. Las coplas de las murgas se cantaban a gritos, entre risas y exagerados gestos, celebrando el ingenio popular de las letras que comentaban temas más o menos peliagudos y comprometidos que todos conocían: el puesto de calentitos que fue derribado por el empuje de una matrona arremangada,
“Una que quería la porra
y quería ser la primera,
derramó el perol de aceite
y se formó la gran humera”,
O la pensión familiar y barata que “de tapaillo” facilitaba el amor,
“En la calle Trafalgar,
el numero no lo sé,
hay una casa de huésped
donde habitan veintitrés”
…..”
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